lunes, 11 de agosto de 2008

Blas la lleva

El viernes pasado se casó mi cuñada. Con mi hermano, por cierto.
Tras una ceremonia elegante a la par que sencilla, las lágrimas, las típicas fotos y demás jolgorios propios del evento, mi cuñada, visiblemente emocionada, me dijo:

"Que descanso, no veas la presión que había".

Ya se sabe, después de mil siglos de noviazgo, convivencia y demás, las madres empiezan a impacientarse y cuesta cada vez más nadar contra corriente.

Con un toquecito en el hombro me dijo: "Blas la lleva"

1 comentarios:

Manu dijo...

Que perra... Jamás una palmadita en el hombro pesó tanto.

Gran momento para verte el careto descompuesto... O quizás no, la auto abducción no conoce límites, jeje