jueves, 30 de julio de 2009

¿Tu que es lo que hablas?

Qué grande, el Jefe.

El martes pasado asistimos a un espectáculo fenomenal.

Hay bandas que no necesitan fuegos artificiales ni más lucecitas que las justas para que se les vea. Y la E-Street Band es una de ellas. Pero sobre todo por el Jefe. Grandes músicos, grandes canciones, gran sonido, un gran espectáculo, una organización rayando la perfección y 30.000 pre-puretas entregados. Y el Jefe, más campechano que el Rey y encima con más prestigio (nadie habla mal de él, y del Rey si). ¿Qué mas quieres? Pues aparte de que yo esperaba 30.000 pre-puretas más (el olímpico es inmenso), poco mas se le puede pedir a un concierto.



El momento niño será por todos recordado. Es un pequeño detalle, pero no todas las superestrellas se lo marcan.

No es la primera muestra de campechanismo del Boss. Ahí va otra.



En breve veremos a sus colegas Obama, Sting y Bono contratando niños con bolsitas de cereales para sus bolos.

En fin. El puto amo.

Os dejo con I'm on fire (Estoy quemao).

2 comentarios:

El protestón dijo...

El concierto muy bueno, pero el sonido (al menos en la grada), no tanto. Mucha bola, pocas guitarras en la mezcla y un eco de la leche. Esto último supongo que es culpa del recinto y de que había demasiadas zonas vacías. Lo cual me lleva al punto 2: cualquier domingo hay más gente en Nervión o en La Palmera viendo a 22 tíos pegar patadas a un balón.

Ivan dijo...

Efectivamente coincido en que, como digo, había la mitad de gente de la que debería. Sobre todo se veía muy vacía la Grada, porque abajo seguramente estaba casi completo, ya que siempre hay un margen de espacio por seguridad. Según la prensa el aforo máximo era de 60.000 y allí había (tambien segun prensa) 30.000.

Del sonido: desde abajo se escuchaba muy bien, aunque efectivamente faltaba algo de guitarras y sobraba un poco de bombo. Pero eco no había abajo. el sonido llegaba directo y claro, no afectaba el vacío del recinto. Además cuanto más cerca, mejor se escuchaba. Nosotros llegamos a estar a medio camino entre la mesa y el escenario y se escuchaba muy correcto y sobre todo la voz muy clara.

Para mi hay una conclusión clara: en el olímpico nunca a grada, porque encima que des más caro, queda el copón de lejos y se escucha peor.