El viernes pasado se casó mi cuñada. Con mi hermano, por cierto.
Tras una ceremonia elegante a la par que sencilla, las lágrimas, las típicas fotos y demás jolgorios propios del evento, mi cuñada, visiblemente emocionada, me dijo:
"Que descanso, no veas la presión que había".
Ya se sabe, después de mil siglos de noviazgo, convivencia y demás, las madres empiezan a impacientarse y cuesta cada vez más nadar contra corriente.
Con un toquecito en el hombro me dijo: "Blas la lleva"
lunes, 11 de agosto de 2008
Blas la lleva
Publicado por Ivan en 11:25
Etiquetas: Concepto Puro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Que perra... Jamás una palmadita en el hombro pesó tanto.
Gran momento para verte el careto descompuesto... O quizás no, la auto abducción no conoce límites, jeje
Publicar un comentario